Al caer la noche del 31 de diciembre de 2025, el paisaje de la televisión musical tal como se conoce quedará definitivamente en silencio. Paramount Global ha decidido apagar las señales dedicadas exclusivamente a la música —MTV Music, MTV 80s, MTV 90s, Club MTV y MTV Live— lo que significa el final simbólico de una era que comenzó en 1981, cuando el vídeo musical comenzó a desplegarse ante millones.
Desde su nacimiento, MTV fue mucho más que un canal: fue rito de paso, vitrina de modas, escenario con ojos y oídos atentos a lo nuevo. Fue allí donde candidaturas emergentes encontraron visibilidad, donde los ritmos se hicieron imagen y donde nacieron narrativas visuales que definieron décadas. Pero hoy, frente a la avalancha del streaming, las plataformas digitales y el consumo fragmentado, ese modelo de programación ya no resulta sostenible. En los documentos internos de la empresa se alude a una fusión reciente con Skydance Media y a una reestructuración global que obliga a recortar gastos y reordenar prioridades, pivoteando hacia el entretenimiento general y dejando atrás la emisión musical continua.

La señal original de MTV no desaparecerá por completo, sino que cambiará de piel: su ADN musical será eclipsado por el contenido de “reality shows” y entretenimiento juvenil, programas como Teen Mom o Geordie Shore pasarán a ser el nuevo rostro del canal. Pero para quienes crecieron con las transiciones entre un videoclip y otro, el concepto mismo de “canal musical” pierde sentido en el umbral del nuevo siglo mediático.
Ecos en Latinoamérica
El desenlace que se propone para MTV en el mundo occidental no deja de proyectarse hacia América Latina. Hasta ahora no existe una hoja de ruta oficial con fechas exactas para el apagón en tierra latina, pero los indicios apuntan a que la región formará parte del plan, probablemente hacia fines de 2025 o comienzos de 2026. En México, por ejemplo, ya circula la versión de que la señal MTV HD permanecerá visible, aunque sin ofrecer videoclips las 24 horas, sino volcada al entretenimiento de contenido juvenil.
La historia de MTV latinoamericana es de conquistas y redefiniciones permanentes. Durante los años noventa se establecieron versiones regionales que permitían adaptar horarios, talentos locales y gusto musical diverso. Con el tiempo, esas señales se consolidaron o fusionaron. En 2021, por ejemplo, la señal Centro se integró a la zona Norte para unificar distribución en la región. Luego, en 2023, la señal Sur perdió parte de su autonomía y adoptó formatos sincrónicos, alineándose más con la versión Norte. A comienzos de 2024, la operación de la señal pasó a gestionarse desde Europa, provocando cambios en identidades gráficas y en la gestión del canal.

Si la decisión se concreta en Latinoamérica como se prevé, MTV dejará de ser la vitrina privilegiada del videoclip visto por millones en salas, estaciones o salas de estar. Pero no abandonará su presencia, sino que mutará hacia una programación distinta: la música circulará en plataformas digitales, en los archivos, en redes sociales diseñadas para consumirla a demanda. MTV latinoamericana se resignificará como marca de entretenimiento y no como espacio exclusivo para vídeo-musicales.
Este apagón no es simplemente el cierre de canales. Es la clausura simbólica de un lienzo audiovisual que despertó generaciones, dibujando con pantallas el modo en que la juventud escuchaba, miraba y disfrutaba la música en comunidad. Queda por ver de qué manera esa memoria visual se preservará, reescribirá o dialogará con esta nueva época en la que ver música ya no pasa por encender la tele.
Con información e imágenes de:
EL NACIONAL
Grupo Milenio
Canal26